martes, 8 de septiembre de 2009

CUMANANAS TUMBESINAS

CUMANANAS TUMBESINAS

La breve historia trazada sirve para explicar por qué el mestizaje adquiere en Tumbes algunas particularidades que convierten en única la cultura local. Entre las expresiones de esa cultura popular, destaca nítidamente su literatura oral. En este lugar, entre la cultura marina, las playas, las esteras y los manglares, los herederos de los tumpis crean sus cantos e inventan incesantemente leyendas y relatos.


















Quiera Dios que pase el río
sin que me sienta la arena
ponerle grillos al Diablo
y a la muerte cadenas.

Este canto refiere a la presencia del diablo en la literatura oral, que aparece reiteradamente en cuentos como "La guitarra y el diablo", "El ceibo del diablo", "La laguna de Salitrillo", "La mala oración", recopilados por Pablo Cornejo, en su Folklore Tumbesino. Otra forma literaria muy difundida en Tumbes es la décima, que puede ser recitada o cantada. Ella respeta la antigua forma de espinela, que rima: a,b,b,a,a,c,d,d,c,c. Aquí un ejemplo:


Recuerda que tú pusiste
tus labios sobre los míos
tus ojos eran dos ríos
cuando quererme ofreciste:
¿no recuerdas que fuiste
en mí un amor violento?
háblame con fundamento
tus dolencias amorosas
y por todas estas cosas,
recuerda tu pensamiento.

Entre los poetas populares, destacaron los cumananeras y decimistas. La cumanana es un género literario y musical, elaborado en cuartetas que permiten el intercambio ingenioso entre dos o más copleras que improvisan sus versos en contrapunto. La cultura tumbesina reconoce a muchos cumananeros como Rafael Prado Rodríguez, a "Inca Recalca" Pedro r, Pablo Prado, a Filomena Serna, a le "Los toritos" Juan y Alejandro Alemán Rugel, a Franco Peña, al "Pacazo" Maclovio Agurto, entre otros.

Así por ejemplo tenemos:

Pampas de Hospital

En el cielo hay una estrella El gallo en el gallinero
que me llama la atención, también canta su canción
en la tierra mi negrita le pone un huevo a la gallina
que me roba el corazón. sin, sacarse el pantalón

Cerro Blanco

Matrimonio se consigue, Padre, madre, yo los tuve,
si es posible cada mes; el cielo me los quitó
lo que amor de padre y madre, desde que perdí a mis padres,
se tiene solo una vez. la gracia se me quitó.

Tumbes

Hay ojos que miran ojos, Guitarra, cuando me fui
hay ojos que gorjean te dejé bien encuerdada:
hay ojos que con sólo mirarte ahora que vengo a verte
dicen lo que desean. te encuentro bien destemplada

Soy hijo de hombre y mujer La mujer que quiere a dos
del barro más quebradizo no es tonta, es advertida:
no más por que Dios quiso si una vela se le acaba
vine al mundo a padecer. la otra le queda prendida.

Como se puede decir
Tumbes no tiene folklore,
en todos sus caseríos
se encuentra siempre un cantor.
Plateros

Qué hermosa que está la luna Del jardín de las flores
si un lucero la acompaña; una violeta arranque;
que triste se queda el hombre ahí fue donde encanalé
cuando la mujer lo engaña. la vida de mis amores.

Cristales

Mi suegra anoche me dio Del norte te vengo a ver,
con un palo un garrotazo cruzando el ancho mar;
porque me encontró rascando al verte a otro queriendo;
a su otra hija el espinazo triste me pongo a llorar.


Uña de Gato

La pobreza y la vejez Dame tu mano derecha
hermanas deben ser; y te doy mi corazón;
al pobre nadie lo quiere aquí no existe traición,
al viejo ni su mujer. ni menos una sospecha.

Pechichal

Me subí a un alto pino Palomita dame tu mano
por ver si te divisaba, para subir a tu nido,
como el pino era tan tierno anoche dormisteis sola
de verme llorar, lloraba. ahora dormirás conmigo.


Cumanana: canto en contrapunto

El cancionero popular expresa siempre la visión de sus cultores: sus valores, las formas de relacio­narse con otros, sus maneras de amar, de trabajar, de celebrar, llorar o reír.

Aquí presentamos una breve nota sobre la Cumanana, género literario y musical que fue cultiva­do en Piura, Tumbes y Lambaye­que, y que aún es posible encontrar entre algunos viejos cultores.
Cumanana: canto en contrapunto
Soy cantor entre cantores,
en cantar soy vigilante,
yo canto en el quinto infierno
y pase más adelante.

Una copla provocativa para retar a algún contrincante, quien, aceptando el desafío, diría:
Me han dicho que eres cantor,
que cantas a 'lo divino',
quiero que me digas cantando
cuántos pelos tiene un pollino.

Para el cumananero conocedor, la respuesta es sencilla:

La pregunta que me has hecho
me ha dejado pensativo
Si no se le 'ha caído ni uno'
ahí 'stá con los que ha nacido.

El duelo recién iniciado podría continuar largamente:

Me dicen que es La Coteraií
hombre de mucho saber,
una rama estando seca
cómo puede florecer.

Las cosas de Veintimilla
por Dios que me causan risa,
mete la rama en el Juego
y florecerá la ceniza ...